Be connected my friend.
Porque de eso se trata; nada más y nada menos. Os cuento que en España los taxistas están en huelga para protestar contra las aplicaciones que conectan, sí, que conectan a usuarios para compartir trayectos en coche.
Ejemplos de esas plataformas son Uber o blablacar.
No me quiero extender en la polémica jurídica que puede haber al respecto, sino más bien hablar de tecnología y del poder de conectar a los usuarios.
No me quiero extender en la polémica jurídica que puede haber al respecto, sino más bien hablar de tecnología y del poder de conectar a los usuarios.
Desde mi punto de vista esto es más sencillo de lo que parece.
Conseguir conectar a los usuarios para cubrir necesidades hace que los servicios sean más eficientes, más rápidos y más baratos.
Y es que los servicios se prestan para cubrir necesidades y esas necesidades se cubren a través de unos servicios diseñados para una realidad concreta. En el momento en que las personas se conectan entre sí a través de tecnologías disruptivas, el modelo de servicio y, por ende el modelo de negocios, cambia.
Y al final los usuarios prefieren el nuevo servicio porque está adaptado a esa nueva realidad, que no es otra que la de cubrir necesidades de una manera más eficiente, rápida y barata. Y esa realidad es la posibilidad que las tecnologías nos dan para conectar a personas que tienen las misma necesidad y por supuesto sin necesidad de conocerse.
Pero el tema disruptivo no es nada nuevo. No nos tenemos que remontar a la industria discográfica, audiovisual, sector de comunicación, etc. nos podemos remontar todavía más allá: la invención de las fotocopiadoras, las cintas vírgentes, etc.
Y lo disruptivo en este momento es la posibilidad de conectarnos a través de aplicaciones super amigables. ¿Cuáles serán los siguientes sectores? Pensemos en necesidades: ¿alimentación?…
Be connected my friend!!
Artículo escrito por Oscar Viñes