Quizás uno de los motivos sea porque queremos ser más papistas que el papa. Y me explico.
¡La primera empresa que más invierte en I+D en España es el Banco Santander! ¿No os resulta curioso el dato? En Europa la empresa que más invierte pertenece al sector de automoción y la segunda es del sector de las telecomunicaciones. En Estados Unidos, se trata de una farmacéutica y la segunda es Microsoft.
Por cierto, cabe destacar que entre las primeras del ranking americano también están Oracle, Google yahoo; es decir empresas “.com” y del ámbito del Software. Según el Manual de Frascati, se puede considerar como I+D en el sector de la informática, entre otros: La I+D que dé lugar a nuevos teoremas y algoritmos en el área de la informática teórica. El desarrollo de tecnologías de la información en lo relativo a sistemas operativos, lenguajes de programación, gestión de datos, programas de comunicaciones y herramientas para el desarrollo de software.
El desarrollo de tecnologías de Internet. La investigación en métodos de diseño, desarrollo, adaptación y mantenimiento de software. El desarrollo de software que produzca avances en los planteamientos genéricos para la captura, transmisión, almacenamiento, recuperación, tratamiento o presentación de información. El desarrollo experimental cuyo fin sea resolver la falta de conocimientos tecnológicos necesarios para desarrollar un sistema o programa informático. La I+D en herramientas o tecnologías de software en áreas especializada de la informática (procesamiento de imágenes, presentación de datos geográficos, reconocimiento de caracteres, inteligencia artificial y otras). Creo sinceramente que, de cara a calificar las actividades como de I+D, hay un desconocimiento importante que lleva una interpretación demasiado restrictiva. Creo que muchas de las actividades que a veces se interpretan como de innovación o incluso pasan desapercibidas, son en puridad actividades de I+D. Y por consecuencia, todo esto hace que los ratios de inversión en I+D en España sean tan bajos. Es decir, una interpretación muy restrictiva no beneficia al fomento de la I+D. Cabe recordar que, según los últimos estudios, por cada unidad monetaria de crédito fiscal las empresas invierten otra adicional en I+D.